Estos filtros corrigen y modifican los tonos que caracterizan a la fotografía monocromática en blanco y negro. Cada filtro absorbe o deja pasar una gama de colores, con lo que se consigue modificar la luminosidad que recibe la cámara. Podemos destacar los siguientes filtros para fotos en blanco y negro:
Filtro amarillo: Los filtros amarillos absorben tanto la luz azul como la ultravioleta, con lo cual los cielos de las fotos en blanco y negro aparecen más oscuros, atenúa las pecas y aclara la piel en los retratos. Este filtro es recomendable para paisajes o fotografías a grandes distancias ya que también aclara la neblina.
Filtro naranja: Este filtro elimina la luz azul y la ultravioleta. Se consigue un alto nivel de contraste entre el cielo y los demas elementos que componen la imagen. Se utiliza para oscurecer las partes verdes de las flores. Atraviesa la neblina y hace más nítidas las fotografías.
Filtro rojo: Aclara los objetos de colores rojos y oscurece los que tienen colores complementarios. Proporciona un fuerte contraste con las flores de tonos más claros en especial las rojas. Atraviesa también las capas ligeras de la niebla consiguiendo así una fotografía más nítida. También aplana la imagen y disminuye la perspectiva.
Filtro verde: Los filtros verdes, eliminan el rojo y el azul y dejan pasar el verde y el amarillo. Diferencian las diversas tonalizades del verde. Es adecuado en verano para equilibrar las transiciones tonales entre prados, árboles y hojas. Se utiliza para retratos porque equilibra la tonalidad rojiza de los focos para la fotografía y da a la piel tonalidades más naturales.
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